Jueves, 4 de Septiembre del 2014
Recuerda que la comunicación que mantengas con El Señor y con tu pareja, son clave para un buen matrimonio.
Recuerda que la comunicación que mantengas con El Señor y con tu pareja, son clave para un buen matrimonio.
Muchos
empezamos nuestro matrimonio creyendo que lo sabemos todo y que será como un
cuento de hadas en donde todo sucede por arte de magia, pero no es así.
Al
irse sumando los años de matrimonio empezamos a acomodarnos y dejamos de
hacer cosas que son muy importantes y esto empieza a afectar enormemente
la relación con tu pareja. Damos muchas cosas por sentado y nuestras
prioridades empiezan a cambiar peligrosamente. La relación con nuestros hijos,
familia, trabajo, ministerio, etc. nos pueden distraer y podemos desenfocarnos
en lo que respecta a la relación con nuestro cónyuge.
Mencionaré
algunos principios básicos que nunca debemos olvidar ni restarle tiempo o
importancia, pues forman parte de los pilares que ayudan a sustentar y
fortalecer la relación de una pareja durante su vida matrimonial:
1. El Respeto: Si no puedes aceptar a tu cónyuge tal y como él es, no
podrás jamás respetarlo. La clave de lograr respetarlo está en que lo aceptes y
lo ames tal y como él es. Si además de la aceptación das un paso más allá y
pones tu mirada en sus virtudes más que en sus debilidades, entonces despertará
en ti la admiración hacia él, acrecentando así, el respeto que le tienes.
2. Comunicación: Aprende y esmérate en tener una buena comunicación con tu pareja. Muchas veces tú dices algo con una intención y se interpreta de otra forma y esto sucede a veces por no buscar las palabras correctas para transmitir tu mensaje. O hay ocasiones en que tú recibes el mensaje equivocado y tu pareja no supo darse a entender. Es importante que comprendamos que cada quien tiene un estilo diferente de comunicación por lo que procurar aprender el lenguaje de nuestro cónyuge para funcionar y comunicarnos de la mejor manera posible, ayudará a que la relación florezca cada día más.
2. Comunicación: Aprende y esmérate en tener una buena comunicación con tu pareja. Muchas veces tú dices algo con una intención y se interpreta de otra forma y esto sucede a veces por no buscar las palabras correctas para transmitir tu mensaje. O hay ocasiones en que tú recibes el mensaje equivocado y tu pareja no supo darse a entender. Es importante que comprendamos que cada quien tiene un estilo diferente de comunicación por lo que procurar aprender el lenguaje de nuestro cónyuge para funcionar y comunicarnos de la mejor manera posible, ayudará a que la relación florezca cada día más.
Recuerda
que la comunicación que mantengas con El Señor y con tu pareja, son clave para
un buen matrimonio.
3. El Perdón: Este es uno de los más importantes pues es algo que
debemos de practicar genuinamente y continuamente hacia nuestra pareja. El
perdón te da libertad para seguir amando a tu cónyuge y funcionar en todas las
áreas de tu vida. Recuerda que perdonar es una decisión y aunque no sea
fácil, conforme va pasando el tiempo se convierte en un hábito y en un estilo
de vida. Recuerda lo que Jesús nos dice en Mateo 6:14: “Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonara también a vosotros nuestro
Padre celestial.”
4. Tu intimidad: Cuando inicias tu matrimonio es toda una aventura y
conforme el tiempo pasa, vienen los niños y con ellos más responsabilidades.
Procura no descuidar la atención a tu esposo ni robarle el tiempo que le
corresponde a él. Cuida tu apariencia personal, tu estado emocional y
administra tu tiempo para que puedan disfrutar plenamente de sus momentos de intimidad.
“No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración y volved a juntaros
en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.” (1
Corintios 7:5)
5. Sacerdocio y
Sujeción: Es sumamente importante
que tanto la esposa como el esposo conozcan cuál es el papel y el orden que
Dios ha establecido para cada uno dentro del matrimonio. El entregarte por
completo a tu esposo sin condiciones o temores te hace que puedas conducirte en
tu vida libremente. Como dice la Palabra en Efesios 5:21 y 22 Someteos unos a
otros en el temor de Dios, dice también que las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor y que los maridos amen a sus mujeres como
Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella.
El
verdadero gozo en el matrimonio proviene de dar, no de recibir, pues el modelo
que Dios nos da del mismo, es sobre la relación de Jesús y su Iglesia, en la
que el que el dar y la entrega mutua es lo que la caracteriza.
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