Martes, 09 de Septiembre del 2014
No es fácil para muchas personas conocer a alguien que pueda resultar interesante, pero cuando se encuentra y se decide iniciar una relación, uno se aventura en un universo de experiencias novedosas y de complejos sentimientos y emociones. Muchas personas desean encontrar una pareja y establecer una relación sólida pero por otra parte, les da miedo adquirir un compromiso.
No es fácil para muchas personas conocer a alguien que pueda resultar interesante, pero cuando se encuentra y se decide iniciar una relación, uno se aventura en un universo de experiencias novedosas y de complejos sentimientos y emociones. Muchas personas desean encontrar una pareja y establecer una relación sólida pero por otra parte, les da miedo adquirir un compromiso.
1. Cuando deseo tenerte... y huyo de
ti
2. ¿Por qué aparece el miedo?
3. ¿Qué personas son más
vulnerables?
4. ¿Cuál es su modus operandi?
5. ¿Cómo afrontar el miedo al
compromiso?
1. Cuando deseo tenerte... y huyo de ti
Madurez. El foco de motivación se
centra principalmente en encontrar una pareja.
El proceso de evolución sentimental
en el ser humano, parece que sea un camino programado y fácil de seguir, pero
en realidad es un aprendizaje complejo.
Desde los primeros años de vida, ya
nace el amor por las personas cercanas y de las que existe una dependencia. En
la infancia el vínculo amoroso va dirigido hacia los progenitores y entorno
familiar. El mundo del niño se reduce al ambiente familiar, las personas que
conoce y le rodean.
En la adolescencia ese vínculo se
amplía al grupo de iguales, se busca la cercanía y el placer con los amigos. Al
llegar a la juventud, se empieza a despertar la necesidad de compartir las
experiencias con una pareja.
En la mayoría de las ocasiones, la
necesidad de divertirse y estar con los amigos es tan poderosa como la
necesidad de estar con la pareja, motivo en ocasiones de conflicto con uno
mismo, ya que el individuo tiene que empezar a entrenarse en tomar decisiones y
aprender a establecer prioridades, así como a saber compartir y organizar sus
preferencias.
Será llegado a la edad adulta cuando
el foco de motivación se centra principalmente en encontrar una pareja. Claro
está, que en primer lugar no es fácil para muchas personas conocer a alguien
que pueda resultar interesante, pero cuando se encuentra y se decide iniciar
una relación, uno se aventura en un universo de experiencias novedosas y de
complejos sentimientos y emociones.
Muchas personas desean encontrar una
pareja y establecer una relación sólida pero por otra parte, les da miedo
adquirir un compromiso.
2. ¿Por qué aparece el miedo?
El miedo surge ante la expectativa
de cambio. Si una persona se plantea que tener una pareja conlleva una
valoración que resta, es decir, existen más cosas que perdemos de las que
ganamos, entonces tendrá más fuerza el temor al fracaso que la expectativa ante
lo positivo que está por venir.
El miedo es el resultado de un
desajuste entre lo que tenemos que afrontar y los recursos de los que se
dispone. No solo es importante tener los recursos necesarios para afrontar las
situaciones, es primordial que la persona sea consciente de la capacidad que
posee y la lleve a la práctica.
Cuando la persona ignora sus propias
capacidades, aparecen los temores e inseguridades que hacen a uno más frágil y
débil ante las circunstancias. En estos casos, la persona tiende a huir porque
no sabe cómo responsabilizarse ni asumir las diferentes adversidades con las
que puede enfrentarse.
3. ¿Qué personas son más vulnerables?
Existen algunas características comunes
entre las personas que les da miedo consolidar una relación de pareja. Estas
personas temen el compromiso con ellos mismos, con su autonomía, les asusta ser
responsables de sus actos y consecuencias, de tomar decisiones, de expresar sus
opiniones.
La autonomía y responsabilidad son
capacidades que se van construyendo y aprendiendo con los años. La familia
tiene un papel fundamental en la formación de los recursos y capacidades del
individuo. Así pues, una educación protectora, permisiva o muy rígida impide al
individuo desarrollar sus propias estrategias de afrontamiento para valerse por
sí mismo. La persona que ha aprendido a establecer normas rígidas, lo hará
también con su pareja. Será exigente para compartir, dar y recibir del otro, y
en el momento que la relación no siga el curso esperado, vendrá la frustración
y la ruptura sin dar posibilidad de cambio.
La rigidez también lleva a que el
individuo tenga la necesidad de tenerlo siempre todo controlado. Ese control se
pierde en el momento que se comparte con una pareja el día a día y no se tienen
las estrategias adecuadas para afrontar las situaciones novedosas que van
apareciendo. Aparece entonces la inseguridad y el miedo que provoca angustia y
frustración y por ende, se tiende a evitar aquello que no se controla.
También existe en estas personas una
dificultad para expresar las propias emociones. Intentan no profundizar en lo
que piensan y sienten de forma que las conversaciones que mantienen tienden a
ser superfluas para no mostrar sus inseguridades y sentirse inferiores.
4. ¿Cuál es su modus operandi?
Generalmente el deseo de conseguir
una relación estable les hace ser buenos conquistadores, pero posteriormente su
miedo a la intimidad les creará confusión y empezarán a crear y a creerse
excusas y argumentos contra la pareja para poder escapar de una relación que
inicialmente habían buscado.
Cuando surge el miedo a la
intimidad, empiezan a crecer las dudas y a buscar “fallos” en la pareja. En
cierta forma, la falta de estrategias y de conocimiento sobre uno mismo hace
que se busque justificación a la propia inseguridad y temores.
Como no se está preparado para
asumir y abordar las carencias que uno tiene, se busca en el otro fallos que
alivien el malestar generado y así comprobar que la causa del desconcierto es
que la otra persona no es la adecuada. Al final se buscará romper la relación
para recuperar la estabilidad y huir del descontrol.
Este proceso de búsqueda de pareja y
rechazo al compromiso se repetirá continuamente con diferentes parejas hasta
que la persona asuma que tiene que abordar sus limitaciones. El ciclo se
conseguirá romper cuando la persona se sincere consigo misma, afronte sus
verdaderas necesidades y se arriesgue al compromiso.
5. ¿Cómo afrontar el miedo al compromiso?
Es imprescindible aprender a hacer
frente al miedo utilizando nuevas estrategias de afrontamiento, ya que la
evitación no resuelve el problema.
- Hay que hacer frente a la
situación conociendo y asumiendo qué sucede y por qué sucede. Se debe
contemplar la posibilidad de cambio sin que ello implique una sensación de
descontrol.
- La autoconfianza debe ser un
camino que se inicie desde un reconocimiento positivo de las capacidades y
dificultades que uno posee. Valorarse más uno mismo fortalecerá la seguridad en
las acciones y decisiones que se tomen.
- Es esencial aprender a expresar
los temores y las inseguridades. Saber exteriorizar las preocupaciones ayuda a
fomentar una relación de confianza y de mayor conocimiento entre los miembros
de la pareja.
- También es importante conocer
todos los miedos para sanearlos con nuevos pensamientos más adecuados y
ajustados a la realidad.
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